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Id por todas partes y predicad el Evangelio a todas las personas.

Concéntrate en predicar y testificar de una manera sencilla a todas las personas el Evangelio de la salvación de N.S.Jesucristo…Orando en todo tiempo por cada persona que conozcas que no ha nacido de nuevo y pidiéndole a Dios sabiduría y gracia para hablarles de una manera sencilla y efectiva.

Jesús no le habló el Evangelio a todos de la misma manera, así que pide la guía de El para hacerlo, y para darte cuenta si es el momento apropiado y si la persona tiene sed de Dios y de los asuntos eternos, como la salvación de su alma etc.

Háblale a partir desde donde esa persona necesita, si está en una dificultad o no entiende algo de Dios y te pregunta sobre eso, parte de ese punto y explícale el evangelio.

La gente se convierte a Cristo solo cuando oye y entiende y cree en las buenas noticias, el tener buen testimonio de vida es muy importante para tener “peso” para hablarle, pero la gente se salva por la predicación.

“La predicación” no es un hombre detrás de un púlpito solamente, sino puede ser en cualquier lugar cuando se presente la oportunidad, puedes contar la buena noticia de Cristo, sencillamente con tus palabras y a tu manera.

¡Jesús nos ordenó que lo hagamos en la gran comisión! Y es nuestro deber hacerlo, por amor a los perdidos.

¡No predicar la salvación es mucho más malo que negarle el remedio a un enfermo que se está muriendo y debe tomarlo para sanarse!

Dile que Dios le ama a pesar de sus fallas y pecados y aunque no lo vea El está allí para perdonarle, salvarle y restaurarle su vida completamente. Juan 3:16

Dile que los hombres están separados de Dios a causa de su pecado (tengan la religión que tengan), pero Dios envió a su hijo Jesucristo a morir en la cruz para pagar la deuda de pecado de cada persona individualmente 1 Timoteo 2: 3-6; 1 Pedro 2: 14; 1 Pedro 3:18.

También debes decirle que es necesario un arrepentimiento total (apartarse del pecado) Hechos 3.19;

Creer en el sacrificio de Cristo muriendo en nuestro lugar y

Recibirle en su corazón (a Cristo) como su Salvador y Rey, mediante una oración sencilla con sus propias palabras. Juan 1:12; Apocalipsis 3:20 y luego seguirle en obediencia, orando, leyendo la Biblia y congregándose en una reunión casera dependiente de una Iglesia (o en la iglesia misma) que sepa bien el mensaje del evangelio y le pueda enseñar la palabra de Dios.

Se sabio cuando testifiques de Jesús.

Puedes contarle lo que El ha hecho en tu vida.

Recuerda que tu tarea es predicar el mensaje de Dios y la tarea de Dios es preparar los corazones para que estén bien predispuestos a escuchar el mensaje y quién actúa en el corazón de la persona.

Procura también que la otra persona al menos quede con sed de saber más de acerca de N.S.Jesucristo.

Deja que el amor de Cristo te llene de pasión por las almas, Romanos 5:5 y eso te impulse a buscar a los perdidos, deja que Cristo brille y actúe a través tuyo.

¡Debes ser solo como un guante en sus manos!

Recuerda: Cuanto más compartimos nuestra fe con otros, cada vez más fácil nos resultará hacerlo. Jesús dijo “venid en pos de mi y OS HARÉ pescadores de Hombres”, (nos formaría de a poco). Mateo 4:19

¡Sea usted un ganador de almas!

¡Experimente los milagros que Jesús puede hacer a través suyo para otras personas! ¡No hay nada mejor, ni más importante que eso!

(Marcos 16:15) Jesús nos mandó.

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Recuerde y memorice estas escrituras:

(Romanos 5:6)

Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores.

(Romanos 5:7)

Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena.

(Romanos 5:8)

Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

(Romanos 5:9)

Y, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios.

(Romanos 5:10)

Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo.

(Romanos 5:11)

Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.

(Romanos 5:1)

Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.

(Romanos 4:7)

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,

Y cuyos pecados son cubiertos.

(Romanos 4:8)

Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

(Mateo 5:8)

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

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