Les dejo un regalo:
Paz en la mente y en el corazón.
Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar.
Así que no se angustien ni tengan miedo.
Jesús.
Ustedes aman a Jesucristo aunque no lo ven, pero confían en El y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible.
Tenemos una herencia que no tiene precio, que está reservada en el cielo para nosotros, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.
Dios los protege con su poder hasta que estén en el cielo para siempre.
Así que ¡Alégrense de verdad! ¡Les espera una alegría inmensa!
1 Pedro 1:1-8
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