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Lección 39. El Amor Ágape

El Apóstol Pablo trata sobre los dones del Espíritu Santo en los capítulos 12 y 14 de su primera carta a los corintios, pero en el capítulo 13 muestra que, aunque importantes y muchas veces impresionantes, no valen gran cosa si no van acompañados por una actitud correcta, que es fruto del mismo Espíritu Santo.
Lee 1 Corintios 12:28, 13:3.

PROCURAD PUES LOS DONES mejores. Más yo os muestro un camino aun más excelente. 1 Corintios 12:31
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, Y NO TENGO AMOR, NADA SOY. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3
a. ¿Cuál es el camino más excelente?
El amor.
b. ¿Contrapone Pablo el amor a los dones del Espíritu Santo?
No.
c. ¿Cuál debe ser la relación entre ellos?
Que se complementen.
El amor, y específicamente el amor de Dios, es el tema fundamental en las Escrituras. Veamos, pues, algunas enseñanzas importantes sobre él.
1. LAS TRES CLASES DE AMOR
En nuestro idioma se ha dado a la palabra amor un uso muy amplio, que no corresponde con el concepto de amor revelado en la Palabra de Dios. Por esto es muy importante precisar a qué clase de amor se refieren las Escrituras, para entender bien lo que Jesús dijo en Mateo 22:37-39: "AMARÁS al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente... AMARÁS a tu prójimo como a ti mismo."
En el idioma griego, muy rico en conceptos, encontramos tres palabras que se traducen por amor
a. EROS: Es el amor de los sentidos; el amor sensual. Es esencialmente egoísta porque sólo busca la satisfacción propia. Es un concepto ausente en las Escrituras.
b. FILIA: Es el amor de los afectos o sentimientos humanos; el de padres e hijos, hermanos, amigos, etc. Es esencialmente comercial. Se ama porque se recibe algo de la persona amada, porque uno se siente bien con ella.
c. ÁGAPE: Es el amor de Dios. Es el deseo profundo, consciente y voluntario del bien para la persona amada. Es totalmente desinteresado. No depende tanto de los sentimientos como de la voluntad. Tampoco depende de los méritos de la persona amada.
Las Escrituras usan los conceptos de filía y ágape para referirse al amor de Dios por el hombre; pero invariablemente usa ágape para referirse al amor que el hombre debe tener hacia Dios.
El amor eros y filía son propios del hombre. El amor ágape es espontáneo en Dios, pero no en el hombre por su naturaleza pecaminosa y esencialmente egoísta. Por esto, el amor ágape sólo se puede dar en el hombre nacido de nuevo por la obra regeneradora del Espíritu Santo.
2. EL AMOR ÁGAPE EN 1 CORINTIOS 13
La mejor descripción del amor ágape la encontramos en 1 Corintios 13, llamado con justa razón el "Himno al Amor". Lee y analiza este capítulo, orando que el Espíritu Santo te revele en qué aspectos tu amor ágape debe ser completado o perfeccionado.
Medita de manera especial en los versículos 4 al 7: "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
El mejor ejemplo del amor ágape lo encontramos en Dios mismo. Piensa de qué manera se muestra ese amor ágape de Dios en cada uno de los siguientes textos, aplica esta enseñanza a tu propia vida y da gracias a Dios por todo esto:
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Efesios 1:4, 5
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), Efesios 2:4, 5
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Romanos 8:35
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:37-39
y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Hebreos 12:5-7
a. Efesios 1:4-5
Nos escogió y nos hizo sus hijos.
b. Efesios 2: 4-5
Nos amó a pesar de lo que éramos y nos dio vida eterna gracias a Cristo.
c. Romanos 8:35-39
Nada nos puede separar de su amor ni nos separará jamás.
d. Hebreos 12:5-7
Nos trata y corrige como sus hijos que somos.
Vemos, pues, que el amor de Dios se revela desde nuestra creación, al hacernos a imagen y semejanza suya, con el propósito de que llegáramos a tener una relación filial con Él. Luego, a pesar de nuestra rebeldía y pecado, su amor se vuelve a manifestar en nuestra redención, dando a su propio Hijo para morir en nuestro lugar. Y ya redimidos, su amor se manifiesta en su cuidado de nosotros; su paciencia; el damos victoria sobre la carne, el mundo y el diablo; y por medio de la disciplina que a veces tiene que aplicarnos para nuestro bien. ¡Gloria a Dios por tanto amor!
EL AMOR ÁGAPE, MANDAMIENTO DE DIOS El mandamiento de amar no es un capricho de Dios. "Dios es amor" dice la Escritura, y si somos hijos de Dios, debemos tener el mismo carácter de Dios, y por lo tanto debemos amar con el mismo amor con que El nos ama.
Veamos la enseñanza bíblica con relación al AMOR ÁGAPE.
Lee Mateo 22:37-39, y responde a las siguientes preguntas
a. ¿Cómo debemos amar a Dios?
Con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, y con toda nuestra mente.
b. ¿Por qué es éste el más grande mandamiento?
Porque Dios debe ser el primero en nuestras vidas, El nos creó, es nuestro Padre y nos ama más que nadie.
c. ¿Cómo debemos amar a nuestro prójimo?
Como a nosotros mismos.
Recordando la definición del AMOR ÁGAPE, ¿puedes entender el mandato de Jesús en Mateo 5:43-44? Escribe tu respuesta:
Debemos amar a todos sin esperar de ellos nada. Debemos tener el deseo consiente y voluntario del bien de los demás sea que nos ame o no. Ese amor debe ser totalmente desinteresado, debemos comprender a todos y amarlos a tal punto que lo comprendamos, perdonemos y procuremos su salvación eterna. No depende de sentimientos, ni de los méritos de las personas sino de la voluntad nuestra.
4. LA EXPRESIÓN DEL AMOR ÁGAPE
El genuino AMOR ÁGAPE necesita expresarse de varias maneras, y no sólo por decir que amamos. Fíjate y anota algunas de las maneras en que Dios espera que expresemos o demostremos nuestro amor.
Los que amáis a Jehová, aborreced el mal;
El guarda las almas de sus santos;
De mano de los impíos los libra.
Salmos 97:10
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Juan 21:14-17
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, Efesios 4:2
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Hebreos 6:10
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Santiago 2:14-16
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Juan 4:19-21
a. Salmo 97:10
Aborrecer el mal
b. Juan 14:23-24
Guardar la palabra de Dios.
c. Juan 21:15-17
Cuidar de sus hijos.
d. Efesios 4:2
Soportarse unos a otros y amarlos.
c. Hebreos 6:10
Servir a sus hijos con perseverancia.
f. Santiago 2:14-16
Hacer obras de ayuda y caridad en la práctica.
g. 1 Juan 4:19-21
Amar a Dios y a sus hermanos.
Pero también expresamos nuestro amor a Dios por medio de nuestros labios en oraciones y cánticos de alabanza, así como por medio de la adoración, que es la expresión más profunda de nuestro culto a Dios, y que conlleva también nuestro amor por El.
5. EL SECRETO DEL AMOR ÁGAPE
Ya vimos en esta misma lección que el amor sensual (eros), y el amor de los sentimientos (filía), son naturales en el hombre, pero que el amor desinteresado (ágape) es de Dios, y que el hombre natural no puede tener por sí mismo.
Es sólo por el nuevo nacimiento, por la fe puesta en Jesucristo y en su obra en la cruz, que el hombre es capacitado por Dios para tener esta clase de amor, con el que puede amar a Dios, a sus hermanos en la fe, a su prójimo y hasta sus enemigos.
Lee cada texto y responde a la pregunta correspondiente:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Ezequiel 36:26, 27
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22,23
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7
a. Ezequiel 36:26-27. ¿Qué hace Dios en nosotros que nos capacita para amar?
Nos da su Espíritu Santo.
b. Romanos 5:5: ¿Cómo nos da Dios de su amor para poder amar?
Al darnos su Espíritu Santo.
c. Gálatas 5:22. ¿Parte de qué es el amor?
De los frutos del Espíritu Santo.
d. 2 Timoteo 1:7: ¿Cómo es que tenemos poder para amar?
Porque tenemos el Espíritu Santo.
A la luz de estos textos, vemos que el nuevo nacimiento es la primera condición para poder amar con el AMOR ÁGAPE. Pero luego es la presencia y obra del Espíritu Santo en nosotros el factor más importante para que podamos vivir amando Dios, a los que nos aman, y a los que no nos aman, con ese amor descrito en 1 Corintios 13.
Esta es una razón más para vivir en una constantemente renovada plenitud del Espíritu Santo. Mientras más llenos del Espíritu, ¡más AMOR ÁGAPE tendremos!
6. EL AMOR ÁGAPE, LA CREDENCIAL CRISTIANA Lee los siguientes pasajes, y anota de qué manera el amor es una credencial cristiana.
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Juan 17:20-23
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 1 Juan 3:14
a. Juan 17:20-23
Vivir en unidad.
b. 1 Juan 3:14
En que amamos a nuestros hermanos en la fe.
Son importantes una fe dinámica, una sana doctrina, una buena organización, una buena estrategia evangelística, un servicio activo para el Señor, los dones del Espíritu Santo, etc. Pero todo esto es de poco valor a los ojos de Dios si no hay un genuino AMOR. Amor a Dios y amor a los hermanos. No un amor de declaraciones líricas solamente, sino demostrado y expresado en forma práctica.
¡El AMOR ÁGAPE es la verdadera credencial cristiana, lo que atestigua que somos verdaderos discípulos de Cristo!
Lee una vez más 1 Corintios 13. Ora pidiendo al Señor que te llene de su Espíritu de amor, y dale gracias.
Memoriza los siguientes versículos:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:34-35
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 1 Juan 3:14

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