Al ver como personas construían parte de mi casa pensé en ¿cómo la podría hacer yo?, pero llegué a la conclusión que no sabía y que todo eso era muy complicado para mí.
Enseguida sentí la voz de Jesús diciéndome: ¡CONFÍA EN LOS QUE SABEN!
Me di cuenta entonces que ese no era mi problema sino de los constructores, albañiles, plomeros, electricistas etc.
También Jesús me dijo inmediatamente: así es con tu salud, mi obra, mi Iglesia, tus finanzas, la salud de los que amas, tus problemas diarios etc.
Yo soy el que más sabe de todos y el que tengo el poder para cambiar, arreglar o hacer desaparecer cualquier situación o enfermedad o problema.
Solo entrégamelo a mí y yo me encargaré de lo que sea.
¡YO SIEMPRE TENGO LA SOLUCIÓN!
Piensa y recuerda esto: ¡Yo siempre estoy contigo!
Piensa así:
¡Dios me ama y nada ni nadie podrá cambiar eso!
¡Dios tiene su propósito para mí y El lo cumplirá!
¡El está conmigo y no me dejará nunca!
¡Y por eso yo ya no estoy solo ni lo estaré jamás!
Jesús.
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