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Lección 110. Los comienzos del discipulado: Llevar a otros al Señor

a) Escrituras clave
Juan 15:16
Hechos 4:29-31
Isaías 55:11
Efesios 2:10
Filipenses 2: 10-11
Romanos 10:14-15
Juan 14:12
2 Corintios 6:1
b) Introducción
La palabra griega para "salvación" es "soteria". Esta palabra también se podría traducir como "seguridad y robustez". Cuando nacemos de nuevo y nos convertimos en hijos de Dios, ilesos y seguros. Entonces, cuando hablamos a otros acerca de la salvación disponible en Jesús, necesitamos darnos cuenta de que estamos revelando a la gente cómo ellos también puedan llegar a estar sanos y seguros. Esto tiene tres aspectos:
1. Reconciliación: con Dios, la cual se ha hecho posible por la muerte de Jesús.
2. Regeneración: porque Jesús resucitó de nuevo y El nos da nueva vida y es responsable ante Dios por nosotros.
3. Reorientación: por la sumisión a Jesús, porque El ahora es nuestro Señor y por tanto está en el trono de nuestra vida.
No necesitamos esperar hasta que seamos perfectos en toda área espiritual antes de poder hacer discípulos para Jesús. Necesitamos seguir con el trabajo de llevar a cabo la gran comisión, y permitir que ocurran todos los ajustes que sean necesarios en nuestra vida cuando obramos para Dios. No debemos permitir que la ociosidad, la satisfacción de sí mismo, la incredulidad o la falta de amor nos detenga de hacer lo que Jesús ha pedido a todos sus discípulos. Tres fuerzas poderosas y motivadoras obrando en nosotros que nos capacitan para hacer discípulos son:
1. El amor de Jesucristo: (2 Corintios 5:14). Esto debería arder en nuestro corazón para que queramos que todos conozcan este mismo amor.
2. El poder de Dios: por el Espíritu Santo (Hechos 1:8).
3. El temor de Dios: (2 Corintios 5:11; Salmos 103:13). Esto es un profundo respeto por un Padre amoroso y un deseo de vivir y actuar como El quiere que hagamos.
Recuerda, no somos llamados a obrar para Dios, sino a ser obreros junto con Dios. (2 Corintios 6:1)
c) Preparación personal para testificar
1. Asegúrate de que estés adecuadamente preparado (es decir, un conocimiento de la Escritura, técnicas de acercamiento, etcétera.).
2. Pasa un tiempo de oración sin prisa con el Señor y examina la siguiente lista de control:
Sé limpio: entrégate y sométete a Dios. Confiesa todo pecado conocido en tu vida y pide a Dios que te limpie por la sangre de Jesús. Perdona a todos los que te han agraviado. Entonces estarás limpio ante Dios, y Satanás no tendrá asidero en ti. También necesitas resistir a Satanás y él huirá de ti (Santiago 4:7).
Humíllate para recibir autoridad: humíllate bajo la mano poderosa de Dios (1 Pedro 5:6) y dile a Dios que no es tu voluntad sino la suya la que quieres hacer, cueste lo que cueste. Cuando tú mengües y El crezca, entonces estarás entrando en conformidad con la autoridad de Dios. El poder y autoridad de Dios, entonces, puede desarrollarse en ti dándote la capacidad de sobreponerte a cualquier situación.
Sé lleno con el Espíritu Santo: pide al Espíritu Santo que te llene y te unja para ensalzar a Jesucristo, y que te dé poder para su servicio.
Entrégate al Espíritu Santo: entrégate al control del Espíritu Santo. Dile que le estás dando tu cuerpo, mente, voluntad y emociones para que El pueda usarte como su canal obediente. Esto significará que tú aún tomas las decisiones, pero también estarás guiado e influenciado en cuanto a qué hacer y decir. Esto es la esencia de la vida llena del Espíritu.
Sé un canal: pide al Espíritu Santo que fluya de ti para tocar la vida de otra gente y para ministrar por medio de ti a otra gente (Juan 7:37-39).
Habla su palabra: pide al Espíritu Santo que te ponga sus palabras en la boca, es decir, traer a la memoria alguna cosa de la Escritura, o alguna palabra o visión que sea necesaria para hacer disponible la situación para Dios. Pídele que unja tus labios para hablar en la forma que El desea: con palabras de poder, autoridad, desafío, convicción, vida, libertad, amor y compasión.

Sé agradecido: agradece al Señor por haber contestado estas oraciones.
Entonces puedes salir en la autoridad del nombre de Jesús y en el poder del Espíritu Santo para ser el embajador de Cristo en toda situación de la vida.
3. Ora que Dios te guíe a la persona misma cuyo corazón El ya ha preparado (Efesios 2:10; Juan 16:7-11).
4. Gana la confianza y seguridad de esa persona edificando una relación con ella hasta donde sea posible (evangelismo de amistad).
5; Cuenta con el Espíritu Santo para guía y sabiduría.
d) Consejos vitales para ser un ganador de almas efectivo
1. Llegara conocer mejora Jesús (Filipenses 3:10)
Mientras más le conocemos, más podremos comprometernos con El, y más podremos compartir confiadamente con otros. Las mejores maneras para llegar a conocer a Jesús son: diariamente por la Palabra de Dios, en oración y en comunión con otros cristianos.
2. Seguir a Jesús más de cerca (Mateo 4:19)
La única manera de seguir a Jesús es seguir su ejemplo y hacer lo que Dios pide que hagamos día a día por su Palabra. Jesús llamó a sus primeros discípulos a seguirle y que El les haría pescadores de hombres. El quiere hacer lo mismo por nosotros.
Cinco claves para ser pescadores eficaces:
- Su propósito es claro (saben lo que hacen y no son distraídos).
- Su preparación es cuidadosa (están adecuadamente equipados para el trabajo).
- Su lugar es escogido (van donde están los peces y donde pican: ¡raramente saltan los peces de la barca!).
- Su persona es escondida (no proyectan su propia imagen sino la imagen de Jesucristo, porque El es la respuesta y no ellos. Hacen discípulos siendo discípulos ellos mismos. Los demás deberían poder mirarles y ver a Jesús).
- Su paciencia es constante (no se rinden la primera vez si los peces no pican).
3. Ensalza a Jesús con tu vida, acción y palabra (Juan 12:32)
No son ni tus palabras finas ni tu persuasión lo que atrae a la gente a Jesús, sino ensalzar al Señor Jesús ante los demás.
Tu vida es tu herramienta más poderosa para influenciar a amigos, parientes y otra gente, en general, y para llevarlas a Jesús. Tu vida pueda ser la única Biblia que algunas personas leerán. ¿Cómo puede la gente darse cuenta de que tenemos a Cristo en nosotros y que estamos llenos del Espíritu Santo? Piensa en ti como si fueses un tubo sin marcar. Para averiguar lo que hay en el tubo lo estrujas y ves lo que sale. Cuando eres estrujado por las presiones de la vida, ¿qué es lo que sale? ¿Es la impaciencia, las tensiones, ira, frustración, etcétera, o es el amor, gozo, paz, paciencia, etcétera? Los demás mirarán a ver lo que sale, porque querrán saber si lo que dices funciona de verdad.
Recuerda ser real cuando testificas a otros para Jesús, en especial en la esfera de tu testimonio. La causa de Dios no es fomentada por la exageración y falta de honestidad. Nuestro testimonio ha de ser mezclado con una medida de disciplina, discernimiento, amor y cuidado. También necesitamos mantenernos sintonizados con Dios y El nos guiará, dirigirá y nos dará el poder.
e) Cómo llevar a alguien a Jesús
Cada situación será diferente, entonces debemos mantenernos dispuestos a ser guiados por el Espíritu Santo. Recuerda, nosotros no salvamos a las personas: Jesús lo hace, por medio del Espíritu Santo. Nosotros sólo somos canales que Dios usa para traer su provisión en Jesús a otra persona. Los siguientes pasos son algunas líneas de guía que pueden ayudar:
1. Cuando el Espíritu Santo te lleva a una persona, aborda una conversación casual con ella y así establece un contacto social, orando que el Espíritu Santo dirija la conversación a asuntos espirituales. Busca oportunidades para empezar a hablar acerca de Jesús y usa tu propio testimonio como introducción donde sea posible. Una vez que tengas su atención, averigua dónde está la persona con Jesús, por ejemplo, pregunta si ha aceptado a Jesús en su propia vida o si tiene una relación o amistad con Jesús. Asegúrate de que la persona no te lleve lejos del asunto principal con argumentos y excusas para despistar. También asegúrate de que no uses palabras religiosas que no puede entender, porque esto puede confundir o desanimarle.
2. Compártele las buenas nuevas (es decir el evangelio):
- Dios ama a toda la gente del mundo (Juan 3:16).
- Pero todos los hombres han pecado (es decir, desagradado a Dios, Romanos 3:23).
- El pecado separa a los hombres de Dios (Isaías 59:2).
- Si el pecado no es quitado, la vida de los hombres será estéril (Efe si os)
- La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23).
- Dios envió a Jesús y El murió en la cruz y pagó la pena por los pecados de todas las personas (1 Corintios 15:3).
- Dios resucitó a Jesús de la muerte y Jesús puede salvar (1 Corintios 15:20-22; 2 Corintios 4:14; Hebreos 7:25).
- Sólo la sangre de Jesús derramada cuando murió puede limpiar y quitar el pecado, permitiendo vida eterna con Dios para la humanidad (Hebreos 9:12,22).
- Para ser perdonado por Dios, un pecador debe dar dos pasos:
(I) Arrepentirse: volverse de todos los caminos egoístas y pecaminosos (Hechos 3:19).
(II) Aceptar: debe hacer a Jesús su Señor y Salvador (Romanos 10: 9-10).
3. Déjale contar el costo. Jesús dijo:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. (Lucas 9:23)
- Recalca que recibir a Jesús significa hacerle totalmente Señor de su vida (Hechos 2:36).
- Explica que debe estar dispuesto a confesar a Jesús como su Señor públicamente (Romanos 10:9-10).
- Enséñale que debe estar dispuesto a renunciar a sus ídolos como la televisión, el auto, el dinero, etcétera. Puede seguir teniendo estas cosas, pero ya no como lo más importante en su vida.
- Debe estar dispuesto a hacer un compromiso a Jesús, y no volver atrás (Lucas 9:57-62; Lucas 14:25-33).
4. Enséñale que necesita que Cristo Jesús sea su Señor y Salvador porque El es el Camino, la Verdad y la Vida y El es el único que nos puede dar una relación con Dios (Juan 3:18,36; Juan 14:6; Hechos 4:12).
5. Asegúrate de que el Espíritu Santo haya realizado una genuina convicción de pecado (Juan 16:8).
6. Desafíale a arrepentirse y dejar su viejo modo de vivir que deshonraba a Dios. Anímale a pedir a Dios que perdone sus pecados. Esto le hará limpio a los ojos de Dios. Luego, debe aceptar a Jesús como su Señor y Salvador (Romanos 10:9-10). Inmediatamente recibirá el Espíritu Santo como depósito, garantizando su nueva herencia en Dios (Efesios 1:13-14) y se convertirá en un hijo de Dios (Juan 1:12) . [Ver Sección A: Capítulos 3,4,5y6].
7. Pídele que ore en voz alta la oración del pecador. Puede repetirla después de ti, leer una copia o inventar su propia oración una vez que conozca el evangelio de Jesús. Una oración de muestra es la siguiente:
"Señor Jesús, reconozco que soy un pecador y me siento muy triste por ello. Gracias porque tú moriste por mí en la cruz. Por favor, perdona mis pecados. Yo me arrepiento de ellos y abandono todos mis caminos pecaminosos. Te pido que entres en vida como Señor y Salvador. Gracias por la nueva vida que me das. Amén".
8. Explícale que puede estar confiado y seguro de su salvación. El Espíritu Santo dará testimonio en él de que es salvo (1 Juan 3:24, Romanos 8:14-16) y la Palabra de Dios ha prometido que cuando ha hecho todo lo anterior, entonces es salvo (Juan 6:37; Juan 1:12; Juan 5:24; Juan 6:47; 1 Juan 5:11-13; Hebreos 13:5).
La Palabra de Dios dice que es limpio de todo pecado y que tiene el don de vida eterna. Puede que no esté tocado emocionalmente, pero sabrá que es diferente de alguna manera. Esto puede tardar tiempo para hacerse evidente.
f) Ayúdale a tener un buen principio en su nuevo caminar como cristiano
1. Haz todo el trabajo complementario posible en el momento en que lleves a una persona a Cristo, porque puede que no le vuelvas a ver. Déjale con literatura adecuada, por ejemplo, un buen tratado o folleto complementario explicando lo que la persona ha hecho y enseñando los pasos básicos necesarios para seguir a Cristo; y también asegúrate de que tenga una traducción amena de la Biblia (o parte de ella). Asegúrate de explicar a la persona la necesidad que tiene de ser bautizada o llena del Espíritu Santo [Ver Sección A: Capítulos 11 y 12]. Si da su permiso, toma su nombre, dirección, edad y número de teléfono, para que tú o alguien más pueda contactarle por teléfono o por una visita personal.
2. Cuando contactes con una persona la primera vez (asegúrate de no dejarlo demasiado tiempo), sé alegre y anímale a continuar con Cristo. Dile que estás orando por él, y asegúrate de hacerlo, diariamente.
Pregúntale cómo va con la literatura que le diste y contesta toda pregunta que te haga. Anímale hacia el crecimiento personal en Cristo a través de:
- La oración diaria (hablar con Dios) (Lucas 18:1).
- La lectura diaria de la Palabra de Dios (la Biblia) (Hechos 17:1).
- La confianza en Jesús (Juan 6:28-29).
- La obedeciencia a Dios y su Palabra (Hechos 5:32).
- La comunión regular con otros creyentes nacidos de nuevo (Hechos 2:42).
- El testimonio, diciendo a otros lo que has encontrado en Jesús (Lucas 8:39).
- Obrar para Dios (Juan 9:4).
- Ser bautizado y luego continuamente lleno con el Espíritu Santo para habilitarle a servir a Dios en su fuerza y poder. (Hechos 1:5, 8; Romanos 8:11; Efesios 5:18).
Pregúntale si tiene algún problema y aconséjalo como mejor sepas. Sé un amigo suyo en Cristo. Pregúntale si asiste a alguna iglesia, o al menos si ha pedido informes. Si quiere asistir a la misma iglesia que tú, ofrece recogerle o ir con él para que no se sienta solo. Si decide ir a una iglesia que no conoces, entonces anímale a encontrar una iglesia dinámica y basada en la Biblia. Algunas características de tal iglesia incluyen:
- Un compromiso total al Señorío de Cristo.
- Amor y unidad entre los miembros.
- Un fuerte énfasis en la oración.
- Alabanza y adoración conducido en el Espíritu y en verdad.
- Miembros moviéndose en los dones y el poder del Espíritu Santo.
- La iglesia anima a vivir en santidad.
- Llaman a pecadores al arrepentimiento.
- Predican el evangelio de salvación por fe.
- Ayudan a los pobres y necesitados.
- Dan abnegadamente.
- Están involucrados en la misión universal.
También se debe recordar que puede que la iglesia aún no haya alcanzado estos ideales, pero al menos, deberían ser su meta.
Si es de alguna manera posible, pregúntale si le gustaría ser discipulado regularmente por ti o por otra persona, y organízalo. Finalmente, ora por él, concentrándote especialmente en sus problemas y en su relación continua con Jesús.
g) Vive como un verdadero hijo de Dios
Sé genuino y sincero: no seas un fanático desconsiderado e insensible. Sé natural acerca de tu cristianismo El gozo y el amor de Cristo son la mayor publicidad que tienes para alcanzar a los que deseas que conozcan al Señor Te-cristo. Sé sal donde sea que estés. Jesús dijo que hemos de ser la sal de la tierra (Mateo 5:13-16). La sal purifica, sana, preserva, desinfecta y fertiliza. Entonces, sin darte cuenta, tienes un efecto tremendo estés donde estés porque Cristo está en ti. Otra cosa vital que hace la sal es provocar que la gente sienta sed. Tu vida debería hacer que la gente tenga sed de la vida de Cristo porque El se irradia de ti. Mientras vives tu vida genuinamente como discípulo de Jesús ante los demás, les atraerás a Cristo.
Recuerda que un testigo no es llamado a ser ni juez, ni abogado defensor, ni fiscal. Un testigo sencillamente es llamado a dar los hechos como los conoce. Deja que Dios haga la defensa, convicción y juicio, tú sólo comparte lo que sabes que es cierto en tu vida.
h) Preguntas y puntos de meditación
1. ¿Qué sucede en el cielo cada vez que alguien es salvo? (Lucas 15: 5-7,22-24,32).
2. Los nuevos cristianos pueden traer gran gozo a la iglesia, pero además, pueden traer gran inconveniencia a los programas que funcionan fluidamente. Discútelo.
3. Discute los inconvenientes más comunes para comenzar a traer a otra gente al Señor y ayudarle a crecer en El.
4. Discute cómo nos motiva Diosa hacer que sanemos espiritualmente a otros, poniendo su amor, temor y poder en nosotros.
5. Ser real, disciplinado, amoroso y discernidor son vitales al ministerio de hacer a hombres completos. Discútelo.
6. Pide a Dios que te enseñe los obstáculos que te han impedido convertirte en pescador de hombres antes de ahora. Orad los unos por los otros para el alejamiento de estos estorbos.
7. El temor es el factor más común que estorba nuestro testimonio. ¿Qué dice la Palabra de Dios acerca del temor al hombre? (2 Timoteo 1:7; 1 Juan 4: 8; 1 Pedro 3:13-16).
8. ¿Qué dirías a alguien que quisiera hacer a Jesús su Señor?
9. Escribe tu propio testimonio en menos de 250 palabras, evitando toda jerga religiosa, para que estés preparado para compartirlo.
10. Empieza a orar y buscar en fe por aquellos que puedes traer al Señor y los que puedes discipular.
i) Resumen y aplicación
1. La salvación en Jesús es plenitud para los que la encuentran.
2. Antes de testificar debemos asegurarnos de que estemos bien ante Dios y ante el hombre.
3. Necesitamos saber lo que compartiremos con los demás para traerles a Jesús para salvación.
4. Debemos estar abiertos a la guía, dirección y poder del Espíritu Santo para ser un testigo efectivo para Jesús.
5. Nuestra vida es el mejor testimonio y publicidad que tenemos para enseñar a Jesús a otros, y para enseñar lo que El puede hacer en la vida de la gente. Entonces, necesitamos llegar a conocer mejor a Jesús, seguirle más de cerca y ensalzarle con nuestra vida, acción y palabra.
6. Cuando llevamos a otra persona al Señor tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que reciban más información y que sigan adelante con Cristo. Esto lo podemos hacer nosotros personalmente, u otra persona a la que podemos confiar esta importante responsabilidad.
7. Recuerda, no somos llamados a hacer convertidos que posiblemente cambien de opinión. Somos llamados a hacer discípulos que han cambiado su vida.

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