Una Iglesia que no ora, ni ayuna es una iglesia indiferente. La gente no vendrá si no hay personas que sufran por los perdidos y estén dispuestos a orar, ayunar y llorar por ellos. Cuando comenzamos a comprender a los que sufren, a ponernos en el lugar de ellos y a sufrir hasta llorar por los que se van al infierno para siempre, por los enfermos, por los oprimidos y a conocer su dolor, comenzamos
a orar de otra manera y Dios responderá a ese tipo de oraciones. Las almas se ganan de rodillas, lo mismo que la guerra espiritual. Debemos estar dispuestos a entender y a humillarnos como lo hizo Daniel y Dios mandará a sus ángeles para "barrer los aires" de fuerzas espirituales de maldad y las personas comprenderán el mensaje, Dios les abrirá el entendimiento y serán salvas.
Reafirmemos las reuniones de oración con el objetivo de salvar las almas y reprender a las fuerzas espirituales que las tienen en cautiverio y veremos una gran victoria y cosecha de almas para el Reino de Dios. Daniel 9:23; 10:12.
(Daniel 9:23)
Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.
(Daniel 10:12)
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
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