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Lo más importante para Dios es que le llevemos las buenas noticias del evangelio a las personas, y procuremos que acepten a Jesús como su salvador y Rey de sus vidas. Ellos deben tomar una decisión que afectará su vida y su eternidad

Lo más importante para Dios es que Evangelicemos.

¿A quien?: a todas las personas del mundo.

¿Por qué? Porque de esa manera salvaremos a muchas personas para que vayan al cielo y no al infierno. Mateo 25:46.

Para eso debemos salir de las “cuatro” paredes de los templos.

Lea por favor Hechos 5:42; 8:4.

(Sin descuidar la casa de Dios) que debe ser llamada en primer lugar “Casa de oración para todas las naciones” como dijo Jesús.

Marcos 11:17; Isaías 56:7.

Cada cristiano es un misionero donde está (en su entorno). (Algunos irán a otros lugares).

Estas órdenes finales de Jesús son para todos los cristianos, no solo para los ministros religiosos.

¿Qué más quiere Jesús?: Que les enseñemos TODAS las cosas que nos ha mandado.

¿Dónde están? En la Biblia. Su Santa palabra.

Jesús quiere que todos sean salvos y no se condenen. 1 Timoteo 2:4-6; 2 Pedro 3:9.

¿De que religión cristiana los debemos hacer?: Solo los debemos hacer cristianos. Hechos 11:26; Juan 10:16; Juan 17:21-23. (Lea estos versículos en su Biblia o (al final de este escrito) por favor y Dios le dará luz en este tema).

¿A que le dio Jesús gran importancia?: Al Reino de Dios, TODOS deben entrar en El y demostrar su poder (el del Reino) en la tierra, saliendo del reino del diablo y sometiéndose ahora a la voluntad, mandamientos y leyes del Reino de Dios. Colosenses 1:13.

¿A qué más le dio Jesús gran importancia? A que la gente se arrepienta y sepa que Jesús les quiere perdonar TODOS los pecados. Solo en Jesús hay salvación. Hechos 4:12; Juan 11:25-26; Juan 14:6.

Predicar el Evangelio es contar las buenas noticias que Jesús pagó en la cruz la deuda de pecado de cada uno con Dios y los reconcilió con El.

Para que eso suceda a cada uno individualmente:

Debe arrepentirse de todos sus pecados, tener un cambio de actitud con respecto al pecado, y decidir recibir a Jesús como Salvador y Rey de sus vidas.

No debemos vivir para nosotros mismos sino para aquel que murió y resucitó por nosotros: Jesús. 2 Corintios 5:15 y también para todas las personas del mundo (pobres o ricos) porque Dios quiere que todos sean salvos y todos necesitan de El.

Debemos pasar tiempo a solas con Jesucristo, contemplarlo, adorarlo, recibir sus instrucciones y salir a ganar almas para su Reino en el Poder del Espíritu Santo.

Para eso debemos ser llenos del Espíritu Santo o Bautizados en el Espíritu Santo y entonces nos seguirán las señales milagrosas de echar fuera demonios, imponer manos para que la gente se sane, hablar en lenguas etc. Como dice San Marcos al final de su Evangelio y como lo quiere Jesús que hagamos y nos ordenó hacerlo.

La prioridad de Dios es la salvación de las almas o sea que debemos evangelizar en cada momento que se nos presente mientras cumplimos con nuestras obligaciones diarias, viviendo una vida cristiana que refleje la luz de Jesús, apartándonos de todo mal y haciendo el bien según las fuerzas y oportunidades que Dios nos da.

Esa es la vida de un cristiano “normal”.

Nuestro llamado debe ser despertar a los cristianos nominales tanto Católicos como Protestantes, enseñándoles primero a ellos, que con la religión sola y los ritos religiosos no les alcanzan para ir al cielo y ser salvos. Debemos enseñarles como ser salvos y a evangelizar a otros procurando con la ayuda de Dios “movilizarlos” aunque sea a su entorno (familiares, amigos y conocidos) a que los evangelicen y a que les enseñen las bases del cristianismo bíblico y no las tradiciones, reglamentos y costumbres de sus propias religiones cristianas pues muchas de ellas no figuran en la palabra de Dios.

Estas escrituras contiene las últimas instrucciones que nos dio Jesús luego de resucitar e ir al cielo.

(Mateo 28:18)

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. (Jesús es el Rey omnipotente) y nos ordena a nosotros:

(Mateo 28:19)

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

(Mateo 28:20)

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; (primero debemos aprenderlas nosotros) y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

(Marcos 16:15)

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

(Marcos 16:16)

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

(Marcos 16:17)

Y estas señales seguirán a los que creen: (Haremos milagros en el nombre de Jesús).

En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

(Marcos 16:18)

tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

(Marcos 16:19) Jesús está en el cielo en el lugar de mayor autoridad pero también está en nosotros y con nosotros para Evangelizar y salvar a los hombres para llevarlos al cielo con El.

Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.

(Marcos 16:20)

Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. (Ahora, en este mismo momento Jesús está haciendo eso).Amén.

(Lucas 24:46)

y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; (para pagar nuestros pecados en la cruz, El murió en nuestro lugar ya que la paga del pecado es la muerte, Romanos 6:23; 5:8). (El justo murió en lugar de los injustos para llevarnos a Dios. 1 Pedro 3:18; 1 Pedro 2:24).

(Lucas 24:47)

y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en TODAS las naciones, comenzando desde Jerusalén. Lo que no están haciendo los cristianos es eso. Todos están en lo suyo propio. Eso debe cambiar.

(Lucas 24:49)

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;(El Bautismo en el Espíritu Santo) pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

(Hechos 1:1) (Escrito por S. Lucas).

En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, (cuando estaba en la tierra)

(Hechos 1:2)

hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;

(Hechos 1:3)

a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del Reino de Dios.

(Hechos 1:4)

Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.

(Hechos 1:5)

Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

(Hechos 1:8)

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (En el mundo entero y a todo tipo de personas). (Dios ama a todos).

ya el poder del Espíritu Santo está disponible para Evangelizar y predicar sobre el arrepentimiento, el evangelio de la salvación, predicar con el poder del Espíritu Santo (con señales y milagros)

(Hechos 2:4)

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les daba que hablasen.

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(Hechos 11:26)

Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

(Juan 10:16)

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

(Juan 17:21)

para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

(Juan 17:22)

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

(Juan 17:23)

Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

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