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Lección 94. Guerra espiritual

a) Escrituras clave
Efesios 6:10-18
Apocalipsis 12:10-11
2 Corintios 4:4
Lucas 11:14-26
1 Pedro 5:8-9
Efesios 1:17-23
Santiago 4:7
Colosenses 2:15
b) Introducción
Cuando nacemos de nuevo cruzamos desde el reino de las tinieblas al Reino de Dios (o el Reino de la luz). Antes servíamos a Satanás (Juan 8:42-47), pero ahora deberíamos servir a Dios porque nos ha rescatado del dominio de Satanás (Colosenses 1:12-14). Satanás no está contento de que ya no le sirvamos. El intentará hacer todo lo posible para que caigamos y volvamos a un lugar bajo su dominio. Esta es una parte de nuestra guerra espiritual, en que necesitamos resistir en el poder de Dios los avances de Satanás y mantenemos en la victoria sobre el maligno, que Jesús nos ha ganado.
La otra cara de la guerra espiritual es que, como discípulos de Jesús, tenemos una comisión de Dios de hacer discípulos de todas las naciones. Los pueblos en el mundo están bajo el poder de Satanás (2 Corintios 4:4) y no pueden ver la verdad, y por tanto, para hacer discípulos para Dios, necesitamos traer el poder de Dios para salvación a la gente, y dejar que El libere a gente del reino de las tinieblas y les coloque en su Reino, es decir el Reino de Dios. No tenemos que derrotar a Satanás de nuevo. Jesús ha ganado una victoria total (Colosenses 2:15) y sólo necesitamos vivir en lo bueno de ella y hacer cumplir esta victoria. Esto hará que Dios nos pueda usar para ganar a otra gente en este mismo lugar de victoria.
c) ¿Cuál es el Reino al cual hemos sido llevados?
Es el Reino de Dios (o cielo) que es el poderoso reinado y dominio de Dios sobre toda vida. Jesús predicó el Reino como sus buenas nuevas (Marcos 1:15; Mateo 4:23) y los apóstoles hicieron lo mismo (Hechos 8:12). El Reino de Dios viene a nosotros con poder-para salvar, cambiar, sanar y librar de demonios (Mateo 4:23; Mateo 9:35; Mateo 12:28; Marcos 16:15-18). Ese poder es el Espíritu Santo que nos trae a los que estamos en el Reino: justicia, paz y gozo de Dios (Romanos 14:17; 1 Corintios 4:20).

d) ¿Cuál es el reino de las tinieblas?
La rebelión de Satanás y sus ángeles ha producido un reino erigido en oposición a Dios, al que intenta llevar a todo ser humano. Ha tenido cierta medida de éxito debido a que causó que el pecado entrara en el mundo. Como cristianos, nuestra lucha es contra las fuerzas malignas de las tinieblas (Efesios 6:12) y nuestro principal adversario es Satanás.
e) ¿Quién es Satanás?
Satanás es un ser real (Lucas 4:1-13) y no sólo quimera nuestra. Tiene su origen como el precioso ángel llamado Lucifer que fue echado del cielo debido a su orgullo (Isaías 14:11-15; Ezequiel 28:12-17). Se describe a Satanás de muchas maneras en la Biblia, incluidas:

  • Nuestro enemigo, el diablo (1 Pedro 5:8).
  • Tentador (1 Tesalonicenses 3:5).
  • Padre de mentiras (Juan 8:44).
  • Gobernante del reino del aire (Efesios 2:2).
  • El maligno (1 Juan 2:14). .
  • Acusador (Apocalipsis 12:10).
  • Asesino (Juan 8:44).
  • Serpiente (Génesis 3:1).
  • Angel de luz (2 Corintios 11:14).
Actualmente, todo el sistema mundial está en sus garras (1 Juan 5:19). El es la fuente esencial de pecado, enfermedad y muerte. Tiene un reino de demonios (Mateo 12:24-28) que consiste en espíritus malignos (Lucas 11:24-26) o ángeles caídos (Mateo 25:41) que son inteligentes, activos, habitan en la tierra y en esferas celestiales sobrenaturales (Efesios 6:11-12). Recuerda, el diablo o Satanás no es igual que Dios, ni siquiera es eficaz contra Dios. No es omnisciente ni todopoderoso.
f) ¿Quién gobierna el mundo?
Desde que Adán y Eva se vendieron a Satanás, el gobierno de este mundo pertenece al diablo, aunque era la intención de Dios que el hombre gobernase (1 Juan 5:19). Dios creó al hombre a su propia imagen y le dio autoridad para reinar sobre la tierra y dominarla (Génesis 1:26-28; Salmo 8:3-8). El orden que Dios propone es:

Dios (el Padre, Hijo y Espíritu Santo)
Los creyentes
Los ángeles/Satanás y sus ángeles caídos
Los incrédulos
Los animales

Como creyentes, estamos ahora levantados con Cristo y Sentados con El (Efesios 2:6) y Dios ha puesto todas las cosas bajo los pies de Cristo (Efesios 1:20-22). Por lo tanto, nosotros como creyentes, no sólo tenemos autoridad sobre los animales y las plantas, mas en el nombre de Jesús tenemos autoridad sobre todas las obras del enemigo.
Jesús, cuando volvió a su Padre, victorioso sobre el diablo, pidió al Padre que diera su Espíritu Santo a todo el que creyere. Esto significa que ahora tenemos disponible el mismo poder que tenía Jesús, y en su nombre tenemos la misma autoridad. Satanás intentará rebelarse contra nosotros como creyentes, pero somos más que vencedores en Cristo (Romanos 8:37). No seremos derrotados por Satanás porque estamos en el lado victorioso.
g) ¿Cómo nos ataca el enemigo?
No deberíamos ser ignorantes de los esquemas malignos de Satanás (2 Corintios 2:11). Debemos estar conscientes de que el diablo está constantemente tratando de destruir cristianos (1 Pedro 5:8). Es listo y astuto en sus tácticas (Efesios 6:11; Génesis 3:1-6) e intentará cualquier cosa en cualquier momento para derrumbarnos. No es ningún caballero, en realidad, suele esperar hasta que estemos cansados y desanimados y tengamos la guardia baja antes de atacarnos (Mateo 4:2-3). El principal campo de batalla está en nuestra mente: acusa (Zacarías 3:1); engaña (2 Corintios 11:14); tienta (1 Tesalonicenses 3:5); miente (Juan 8:44); inspira malos pensamientos, confusión, dudas, temor, incredulidad, pereza, suficiencia, desesperación, desánimo, etcétera; atrae nuestros deseos carnales (Gálatas 5:17). Satanás también busca una entrada en la vida de la gente a través del estar envueltos en sectas, drogas, idolatría, brujería o cualquier otra práctica oculta. Satanás también usa sus ángeles caídos, llamados demonios, para molestar a la gente (Lucas 13:10-16).
h) Jesús venció a Satanás
  • Refrenándole con la Palabra de Dios (Mateo 4:4).
  • Librando a aquellos a quien había oprimido con enfermedad (Hechos 10:38).
  • Demostrando el poder superior del Espíritu Santo y el Reino de Dios (Mateo 12:28).
  • Derrotando totalmente a Satanás y todos sus ejércitos en la cruz (Colosenses 2:15; Hebreos 2:14).
  • Decidiendo el destino de Satanás una vez y para siempre (Mateo 25:41).
Jesús comparte su victoria con su pueblo, dándonos la autoridad para derrotar a Satanás en nuestra propia vida. La razón por la que el Hijo de Dios apareció fue para destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8).
i) Cómo vencemos a Satanás
1. Nuestra estrategia para la guerra
  • Reconocer sus actividades (2 Corintios 2:11).
  • Rechazar sus avances (Efesios 4:27).
  • Resistir sus ataques (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8-9).
  • Reconocer dónde está obrando Dios y hacer lo que Dios quiere que hagas en esa situación.
  • Jesús dijo que en su nombre sus discípulos echarían fuera demonios (Marcos 16:16-17) como parte de su obra para El.
2. Nuestra armadura para la defensa
La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado mientras confesamos todo pecado a Dios y recibimos perdón (1 Juan 1:7-9). Si vivimos en lo bueno de esta provisión de Dios, Satanás no podrá conseguir ningún asidero en nuestra vida (Efesios 4:27). Necesitamos saber dónde estamos en Dios.
La sangre de Jesús nos capacita para vivir en victoria sobre Satanás (Apocalipsis 12:11; Colosenses 2:15). También necesitamos vestimos de toda la armadura de Dios para poder mantenemos firmes, sea lo que sea lo que el enemigo nos lance (Efesios 6:10-18). Vestirse de esta armadura es como vestirse del Señor Jesús (Romanos 13:14). Entonces estaremos morando en Cristo y siguiendo cerca de El siempre. Jesús sabe por lo que pasamos porque, aunque es Dios, se hizo hombre y fue tentado en toda manera en que lo somos nosotros, pero sin pecar (Hebreos 4:15).
Cuando Satanás vino a El para tentarle, El pudo mantenerse firme y vencer. Lo hizo, no en su autoridad como Dios, sino como hombre en el poder del Espíritu Santo. Como discípulos de Jesús, tenemos este mismo poder a nuestra disposición (Filipenses 4:13; Hechos 10:38). La armadura de Dios está dividida en un número de artículos. Necesitamos repasar estos en nuestra mente para asegurarnos de que estamos viviendo como deberíamos en Cristo, en la victoria disponible a nosotros y por tanto no tener ningún punto en el que el enemigo pudiera venir y atacarnos con éxito.
- ¿Vivimos vestidos con el cinturón de la verdad? ¿Vivimos en la verdad y en la realidad de Dios? (Jesús es la verdad, morando en nosotros e inspirándonos para vivir una vida veraz -Juan 14:6).
-¿Nos hemos vestido con la coraza de justicia? ¿Vivimos rectos ante Dios como deberíamos? (Jesús es nuestra justicia que debería inspiramos a vivir rectos -2 Corintios 5:21).
-¿Están nuestros pies calzados con el apresto del evangelio de la paz? ¿Cumplimos la gran comisión de Jesús de ir y hacer discípulos por todas las naciones? (Jesús es el Príncipe de paz y es su evangelio el que llevamos -Isaías 9:6)
- ¿Hemos cogido el escudo de la fe? ¿Vivimos una vida de fe, confiando en Dios y conociendo nuestra victoria sobre el enemigo y nuestra vida carnal? (Jesús es el autor y consumador de nuestra fe -Hebreos 12:2).
- ¿Nos hemos vestido con el yelmo de la salvación? ¿Sabemos que somos nacidos de nuevo y somos hijos de Dios? (Jesús es el capitán y autor de nuestra salvación -Hebreos 2:10).
- ¿Hemos cogido la espada del Espíritu? ¿Conocemos la Palabra de Dios y lo que dice acerca de quién somos en Cristo? (Jesús es la Palabra viva y nos ha dado su Palabra para que sea un arma activa en nuestra boca -Hebreos 4:12; Juan 1:14).
- ¿Oramos en el Espíritu en toda ocasión? ¿Estamos abiertos a la guía y motivación del Espíritu Santo, y sabemos orar con eficacia? Jesús nos da acceso a nuestro Padre celestial y por consiguiente podemos presentarle las cosas en el nombre de Jesús; (Hebreos 4:16; Juan 14:13).
Recuerda que debemos ser autocontrolados y velar (1 Pedro 5:8) y debemos vivir una vida sometida a Dios (Santiago 4:7). Tampoco debemos dar a Satanás ninguna oportunidad de conseguir asidero en nuestra vida (Efesios 4:27).
3. Nuestras armas para el ataque.
Cuando Satanás tiene las garras en la vida de alguien, o viene contra nosotros como discípulos de Jesús, entonces tenemos la autoridad en Dios de no sólo defendemos sino de ponemos a la ofensiva contra Satanás.
Podemos usar:
  • El nombre de Jesús (Hechos 16:18; Filipenses 2:9-10).
  • La Palabra de Dios (1 Juan 2:14; Efesios 6:17).
  • El poder del Espíritu (Hechos 10:38).

4. Nuestra certeza de victoria
Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(1 Corintios 15:57)
· Todo está puesto bajo los pies de Jesucristo porque gobierna sobre todo para Dios (Efesios 1:21-23) y nos da su autoridad como creyentes (Mateo 10:1; Romanos 16:20; Lucas 10:19; Mateo 28:18-20).
· Aquellos que son nacidos de Dios son guardados seguros (1 Juan 5:18; Romanos 8:37-39).
· El que está en nosotros (Cristo Jesús) es mayor que el que está en el mundo (Satanás) (1 Juan 4:4).
· Hay poder vencedor en la sangre de Jesús y en nuestro testimonio de El (Apocalipsis 12:11).
· Cuando resistimos al diablo, con una vida sometida a Dios, huirá de nosotros (Santiago 4:7).
Jesús prometió:
De cierto, de cierto os digo: el que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
(Juan 14:12)
j) Cómo vivir una vida cristiana victoriosa
1. Conociendo y viviendo en nuestra autoridad y posición en Jesús. Hemos sido redimidos de la mano de Satanás. Estamos en la victoria total de Jesús (Apocalipsis 12:11).
2. Sé constantemente lleno del Espíritu Santo y camina en el Espíritu, no según los deseos de la carne (Efesios 5:18; Romanos 8:5; 1 Juan 2:15-17).
3. Mantente lejos de prácticas ocultas. Si ya te has metido en éstas entonces renuncia a ellas y pide a Dios que te perdone por cada cosa que has hecho que le haya deshonrado.
4. Mantén crucificada la naturaleza pecaminosa (Gálatas 2:20; Colosenses 2:11).
5. Lleva puesto un manto de alabanza (Isaías 61:3).
6. Ten comunión con otros cristianos con regularidad (Hebreos 10:25; 1 Juan 1:7).
7. Corta cualquier asociación con aquellos que te llevarían de nuevo a actividades pecaminosas u ocultas (2 Tesalonicenses 3:6; 1 Corintios 5:9; Efesios 5:11).
8. Resiste activamente a Satanás y todo lo que intente conseguir que hagas, es decir rechaza su influencia (Santiago 4:7; Colosenses 3:8).
9. Lleva puesta toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18).

k) Preguntas y puntos de reflexión
1. ¿Por qué no ve la verdad la gente del mundo? (2 Corintios 4:4).
2. Hay tres significados para la palabra "mundo" en las Escrituras. ¿Cuáles son? (Salmo 24:1; Juan 3:16; 1 Juan 5:19).
3. Si Cristo Jesús ganó una victoria tan completa, ¿por qué tantos cristianos parecen estar viviendo en derrota? 4. Si no hacemos nada para Dios, ¿crees que Satanás nos molestará?
5. ¿Has estado involucrado en alguna práctica oculta incluido horóscopo, ouija, tarot, sesiones de espiritismo, espiritualismo, adivinanza de fortuna, brujería, etc. o alguna de las sectas? Si es así, necesitas renunciar a ellas y pedir a Dios que te perdone por haber estado involucrado.
6. ¿Hay algún área de tu vida donde permites que Satanás tenga asidero?
7. ¿Has hecho la prueba para asegurarte de que tienes toda la armadura espiritual puesta? Recuerda que la armadura de la cual escribió Pablo era la armadura romana que no tenía protección para la espalda. Jamás necesitamos huir de Satanás. Necesitamos mantenernos firmes y hacerle frente.
8. ¿Vives como un hijo victorioso de Dios, venciendo a Satanás y todos sus esquemas malignos? Si no es así, ¿por qué no?
I) Resumen y aplicación
1. Jesús desarmó a Satanás y a todos sus seguidores e hizo un espectáculo público de ellos, triunfando sobre ellos por la cruz (Colosenses 2:15).
2. Jesús incluso quitó el poder de la muerte de Satanás y libró a todos los que durante su vida estaban sometidos en la esclavitud por su temor a la muerte (Hebreos 2:14-15; Apocalipsis 1:18).
3. Satanás es todavía, por el momento, el príncipe de este mundo (Juan 14:30) pero nosotros que estamos en Cristo Jesús tenemos autoridad sobre Satanás, porque Satanás está debajo de los pies de Jesús (Efesios 1:18-23) y nosotros estamos en Cristo (Colosenses 3:3).
4. El tiempo de Satanás es corto. Su destino está decidido (Mateo 25:41; Apocalipsis 12:9-12).
5. Nosotros, como discípulos de Jesús, necesitamos vivir como lo hizo Jesús, venciendo al enemigo y viviendo en victoria en todas las áreas de nuestra vida.

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