Tu tiempo a solas con Dios.

Lo más importante de este mundo es tu tiempo a solas con Dios.

Allí le conoces, le adoras, se aman mutuamente, El te trasmite sus pensamientos, su sabiduría, te muestra sus caminos, te enseña, te llena de su gloria, te trasmite su forma de ser, sus deseos, sus pensamientos y propósitos más profundos, sus misterios, sus caminos, su voluntad específica y propósito para ti y para tu vida y tu área de servicio en este mundo.

Y es allí que te haces como El, su santidad, sus deseos y muchas cosas son trasmitidas por El a ti en su presencia.

El es tu mayor regalo y deleite, tanto en este mundo como en el cielo.

Orar y buscar el rostro del Señor es un deleite, es una delicia, es el mayor de los placeres, en su presencia hay plenitud de gozo.

Yo le busco porque lo amo, El es real, y lo que más deseo es estar con El y El quiere estar conmigo.

Oro y hablo y le cuento todas mis cosas, las comparto con El, le pido su guía, y que me muestre su voluntad y como complacerlo, El también ama mi paz y desea instruirme y guiarme para que yo cumpla su perfecta voluntad.

El desea dar cosas buenas a las que se las pidan y quiere que nuestro gozo sea cumplido, esto nos cuesta creer y darnos cuenta pero El es todo amor y su amor ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu santo que nos ha dado, así que actuemos siempre en amor amando a todos y a todo.

Todo lo que hagamos debe ser hecho motivados por su amor en nosotros que nos impulsa a actuar.