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EL CAMINO DEL PASTOR. Leccion 29

DISCIPULADO. Lección 8

UN NUEVO PODER: EL BAUTISMO CON

EL ESPÍRITU SANTO

En una lección anterior vimos cómo desde nuestra conversión, el Espíritu Santo de Dios está con nosotros; nos da vida nueva; nos ayuda de diferentes maneras; y forja el carácter de Cristo en nuestra vida.

Pero el propósito de Dios no es sólo que tengamos una VIDA NUEVA AL NACER DEL ESPÍRITU y que su Espíritu esté en nosotros, sino que experimentemos el PODER DEL ESPÍRITU para una vida victoriosa y un servicio eficaz a Dios. Para esto Dios ha dado una promesa para todos los que creen en Cristo: EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO.

Juan el Bautista anunció: "Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo" (Marcos 1:8). Y Jesús, antes de morir, prometió a sus discípulos que enviaría al Espíritu Santo para que estuviera con ellos. Lo llamó el CONSOLADOR, término que viene del griego "paracleto", que significa "uno llamado a estar al lado de". Promesa bendita para cada uno de nosotros, de que no estaremos solos nunca en nuestra vida y servicio a Dios.

Poco antes de ascender al cielo, Jesús reiteró su promesa con otras palabras: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos. .." (Hechos 1:8).

Y la promesa es extendida a todos los creyentes: "Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare" (Hechos 2:39). Aquí estamos incluidos tú y yo por igual. Por lo tanto la promesa es para ti y para mí.

A. EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO

En el Libro de Hechos se menciona con la frase: "fueron llenos del Espíritu Santo" cuando los discípulos fueron bautizados con el Espíritu Santo. Podemos decir que el BAUTISMO CON (O EN) EL ESPÍRITU SANTO es la primera experiencia de ser llenos del Espíritu. Esta expe­riencia debe ser mantenida, cultivada y profundizada de manera perma­nente (Efesios 5:18).

También vemos que el NACER DEL ESPÍRITU (la conversión) y el BAUTISMO CON EL ESPÍRITU (la plenitud), son dos manifestacio­nes distintas del Espíritu de Dios en nuestra vida, y que nadie puede ser bautizado en el Espíritu sin haber nacido del Espíritu.

En los pasajes siguientes descubrirás que casi siempre el bautismo con el Espíritu Santo es una experiencia posterior a la conversión.

B. EL NACER DEL ESPÍRITU Y EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU

1. Jesús nació del Espíritu Santo, pero fue bautizado con ese mismo Espíritu recién después de su bautismo en agua en el río Jordán (Lucas 1:35; 3:21-22).

2. Los discípulos recibieron el Espíritu Santo antes de la ascensión del Señor (Juan 20:22), pero recibieron el poder del Espíritu en Pente­costés (Hechos 2:1-4).

3. Jesús hace una distinción entre las dos manifestaciones del Espíritu Santo, comparando la presencia del Espíritu recibida en la conver­sión con una "fuente de agua" (Juan 4:14); y al poder del Espíritu recibido en el bautismo con "ríos de agua viva" (Juan 7:38-39).

4. Los creyentes en Samaria y Éfeso son bautizados con el Espíritu después de su conversión (Hechos 8:4-24; 19:1-5) al orar por ellos los apóstoles con imposición de manos.

5. Saulo de Tarso se convirtió en el camino a Damasco, pero recibió después el bautismo en el Espíritu en la casa de Judas, por manos de Ananías (Hechos 9:1-19).

6. Hechos 10:1-48. Aquí tenemos un caso especial, en que Cornelio y su familia creyeron y recibieron el bautismo con el Espíritu casi simultáneamente.

C. EL PROPÓSITO DEL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO

El propósito primordial es recibir poder espiritual para ser testigos de Cristo (Hechos 1:4-8). Los discípulos tuvieron que esperar a ser bautizados con el Espíritu Santo para comenzar su ministerio apostólico, ya que el ministerio al que los enviaba el Señor era un ministerio sobrenatural, que requería un poder sobrenatural.

El mismo Señor Jesucristo no inició su ministerio hasta ser investido con el poder del Espíritu Santo en el río Jordán, luego de ser bautizado en agua (Mateo 3:13-17).

D. CÓMO RECIBIR EL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO

El Libro de Hechos y la experiencia de la iglesia muestran dos maneras de recibir el bautismo con el Espíritu Santo:

· En forma personal y directa.

· Por medio de oración, acompañada o no de imposición de manos.

La condición necesaria es haber recibido a Jesús como Salvador personal y Señor. Leemos en Hechos 2:38: "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre del Señor Jesucristo para perdón de los pecados, y RECIBIRÉIS EL DON DEL ESPÍRITU SANTO". Y luego para recibir el bautismo con el Espíritu Santo es una cuestión de fe. Recordemos los siguientes hechos en la Palabra de Dios:

1. Hechos 2:11-4: El Espíritu Santo ya ha sido dado en Pentecostés y está en el mundo desde entonces. Sólo nos corresponde recibirlo por la fe, y apropiamos de la promesa. Dios es el primer interesado en que cada uno de nosotros reciba el poder del Espíritu.

2. Hechos 2:38-39: Toda persona que ya es salva por su fe en Cristo es apta para recibir el bautismo con el Espíritu. La promesa del Padre es para todo creyente.

3. El Espíritu Santo es una persona, y se la recibe de la misma manera como recibimos a Jesús para nuestra salvación (Juan 1:12; Apoca­lipsis 3:20).

4. Hechos 5:32: Es necesaria una disposición de renuncia al pecado y de obediencia a Dios. No significa que uno haya alcanzado ya un alto nivel de espiritualidad o que ya sea un santo, sino que tenga el deseo y la disposición. Es decirle a Dios: "Padre celestial, soy tu propiedad. Me has comprado con la sangre de Cristo. Reconozco que eres mi dueño absoluto. Haz lo que quieras de mí." Esto es decisivo para recibir el bautismo con el Espíritu. Algún aspecto de la vida sin rendir es lo que impide a muchos esta bendición. El Señor ve nuestro corazón, y si encuentra sinceridad en él, nos bautizará con su Espíritu. El poder del Espíritu, entonces, será un poder adicional para vivir en victoria sobre el pecado.

5. Juan 7:37-39: Notemos la condición: "Si alguno tiene sed". Tener sed es desear intensamente. Es no estar conforme con su situación actual. Es desear el bautismo con el Espíritu como una necesidad absoluta. Si se siente ese deseo y necesidad, aunque no comprenda todas las cosas, la bendición está muy cerca.

6. Lucas 11:13: Jesús es muy explícito: si pedimos, recibiremos. Si pedimos que nos bautice con el Espíritu, Él lo hará.

7. Marcos 11:24: Recibir por fe. ". . . os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que ya lo habéis recibido, y os vendrá" (traducción literal del original). No importa cuán absolutas sean las promesas de Dios, sólo las recibimos si creemos. También dice la Biblia: "si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que hayamos hecho" (1 Juan 5:14-15).

E. PRUEBAS DEL BAUTISMO CON EL ESPÍRITU SANTO

Hay varias manifestaciones que se dan cuando se recibe el bautismo con el Espíritu Santo:

1. El hablar en otras lenguas (Hechos 2:4; 19:6; 1 Corintios 14:2, 4,13-15). Estas lenguas son dadas por el Espíritu Santo para la adoración y oración a Dios. Aunque no las entendemos, las lenguas nos edifican espiritualmente. Pueden manifestarse en el momento de recibir el bautismo en el Espíritu o después, como parece haber sido el caso de Pablo. No son producto de nuestra mente ni de un éxtasis emocional, sino una experiencia esencialmente espiritual.

2. Una relación con Cristo y una vida de alabanza y adoración mucho más profunda (Juan 15:26; 16:13-14). Es el Espíritu Santo quien revela y glorifica a Cristo en el creyente, y lo relaciona con Dios. Al ser llenado por el Espíritu, esa revelación y glorificación es mucho más profunda e intensa.

3. Una mayor comprensión de la Palabra de Dios (1 Corintios 2:9-12).

Mientras más llenos del Espíritu de Dios, mejor podremos discernir las cosas que son de Dios. El Espíritu Santo comienza a revelarnos su Palabra en forma más clara.

4. La manifestación de los dones del Espíritu (1 Corintios 12:4-11).

Los dones del Espíritu Santo son capacidades sobrenaturales que Dios da para poder cumplir de manera más eficaz con el mandato de ser testigos de Cristo. Los dones se deben cultivar y desarrollar junto al fruto del Espíritu, es decir, con el desarrollo de un carácter santo. Estudiaremos estos dones en detalle más adelante.

F. DE LA DOCTRINA A LA EXPERIENCIA

Hasta aquí hemos visto suficientes referencias bíblicas sobre el bau­tismo con el Espíritu Santo, aunque hay mucho más. La pregunta que viene lógicamente es: ¿QUIERES RECIBIRLO? Si es así, ten por seguro que Dios lo quiere más que tú. Sigue los pasos mencionados en "Cómo recibir el bautismo con el Espíritu Santo", y confía en que lo recibirás; o busca a un pastor o algún hermano autorizado que te ayude a entender cómo recibir el bautismo. Si tuvieras alguna duda, consulta con tu consejero o consejera.

Un último consejo: si en tu vida pasada has tenido contacto con alguna forma de ocultismo (curanderismo, espiritismo, hechicería, astro­logía, adivinación, idolatría, esoterismo,. sectas orientalistas, etc.), pide una cita con tu pastor, porque esas cosas pueden ser un impedimento para tu crecimiento espiritual en general, y también en lo relacionado al bautismo con el Espíritu.

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