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EL CAMINO DEL PASTOR. Lección 37 Introducción.

DISCIPULADO. Lección 16. Introducción. EL HABLAR EN LENGUAS

Leer los siguientes pasajes de la palabra de Dios: Marcos 16:17; Hechos 2:4; 10:46; 10:44-48; 19:6; 1 Corintios 12:10; 12:28;

1 Corintios capitulo 14

¿Qué es?

Es un don del Espíritu Santo (1 Corintios 12:1-11). Es recibir un idioma del Espíritu Santo. Puede ser uno o varios (1 Corintios 12:10). Puede ser un idioma conocido o no, o ya extinguido. Al principio se puede decir algunas pocas palabras y a medida que uno las dice puede salir el lenguaje cada vez más fluido.

Es hablar las palabras que nos da el Espíritu Santo orando a Dios (Hechos 2:4) o es un mensaje de Dios hacia otras personas (1 Corintios 14:5b, 13).

¿Es para hoy?

Si, todos los dones del Espíritu Santo son para hoy, El Espíritu Santo es el mismo de hace 2.000 años y sus dones los mismos.

¿Que hacer para que el Espíritu Santo manifieste este don a través nuestro?

Ser un verdadero Cristiano y recibir el bautismo en el Espíritu Santo (Marcos 1:8) (Ser lleno del Espíritu Santo, Efesios 5:18, que es un mandato de Dios).

¿Todos los que son bautizados en el Espíritu Santo o llenos del Espíritu Santo hablarán en lenguas?

Con una breve explicación de lo que es: Si, cualquier creyente al ser lleno del Espíritu Santo podrá hablar en lenguas. Es una clásica señal externa de haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo.

¿Corinto era el único lugar en que se hablaba en lenguas?

No. en todas las Iglesias se conocía este don del Espíritu. Ej.: Los Efesios:

(Hechos 19:6). En Cesaréa (Cornelio y su grupo de parientes y amigos) (hechos 10:46). Pablo le escribe a los Corintios para decirle como deben practicarlo, no que lo supriman (1 Corintios 12 y 14). A los Efesios no les escribió sobre este punto porque no era necesario, así como no les escribió de la Santa Cena (pues practicaban ambas cosas bien). Que los Corintios practicaban mal la Santa Cena, no llevó a Pablo a decirle que no lo hagan más, sino que lo hagan bien y a enseñarles la manera correcta de hacerla (al igual que el hablar en lenguas).

¿Por qué no las reciben algunos?

Porque no saben bien lo que es, algunos esperan tener experiencias raras o similares a otros cristianos, que les contaron de que manera las recibieron ellos; tal vez esperan caerse o que la lengua se les mueva sola, sentir gozo o algo (aunque esto puede suceder, o no) o tienen miedo porque no saben lo que es, o como es, o temen recibir algo que no sea de Dios, pero Dios dice en (Lucas 11:13)Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu santo a los que se lo pidan? (Entendemos que se refiere a ser llenos de Espíritu Santo), lo dará a los que se lo pidan y está dentro de las “buenas dádivas” (regalos).

Si se pide a Dios un pan no nos dará una piedra, (Mateo 7:9-11) sino que nos dará cosas buenas.

Es una manifestación del Espíritu Santo para provecho de la iglesia

(1 Corintios 12:7), Y para provecho de uno mismo (1 Corintios 14:4), si todos se edifican a si mismos se edifica toda la Iglesia.

ES para hoy, así como es para hoy ser maestro, ayudar etc. (1 Corintios 12:28). Como en la Iglesia no todos están llenos del Espíritu Santo, no se manifiestan en ellos sus dones, por lo cual no todos hablan en lenguas (pero muchos si).

¿Por qué se debe practicar todo con amor y se debe procurar los dones espirituales?

1 Corintios 13 y 14:1. En una Iglesia debe haber amor y Dones del Espíritu.

¿A quien habla?

Habla a Dios y no a los hombres (aunque puede transformarse en un mensaje de Dios a los hombres) siendo ya don de Profecía o de interpretación de lenguas. Es alabanza y oración a Dios pidiendo lo que conviene. (Romanos 8:26) por el Espíritu Santo habla misterios. No lo entiende el que lo escucha, ni el mismo se entiende (1 Corintios 14:14). Aunque lo puede interpretar por el don de Interpretación de lenguas, esto es interpretación de la idea global y no traducción palabra por palabra, salvo que hable ese idioma determinado naturalmente, (sea su idioma natal o aprendido). Ej.: puede hablar en lenguas en alemán y no saber lo que está diciendo, solo lo puede entender si lo interpreta por el don de interpretación de lenguas (el mismo u otra persona) o algún alemán u otro que haya estudiado el alemán.

(1 Corintios 14:5b) Cuando las interpreta edifica a la Iglesia y es el Espíritu Santo hablando a la Iglesia.

El Espíritu Santo puede hablar por don de profecía a la Iglesia, como por ejemplo el profeta Agabo. (Hechos 11:27-28); (Hechos 21:10-11).

Como cada uno se edifica a sí mismo al hablar en lenguas, San Pablo quería que todos hablaran en lenguas y más que eso que profeticen (1 Corintios 14:5). Es como decir que quisiera que todos supieran matemáticas pero más que todos la supiesen enseñar.

El que habla en lenguas debe pedir en oración poder interpretarla.

1 Corintios 14:14 ¿Quién ora en lenguas yo o el Espíritu Santo?

La persona es la que dice las palabras que le da el Espíritu Santo (Ver Hechos 2:4) dice “Según el Espíritu Santo les daba que hablasen”. El Espíritu Santo da las palabras en nuestra mente (aunque sean raras) y es la persona que las debe decirlas en voz alta por fe. El Espíritu Santo no le hace hablar sino que le da las palabras y la persona debe decidir hablar en fe.

¿Para que sirve?

Para edificación de cada hermano, para alabar a Dios y orar a El lo que conviene.

Además de orar, en mi propia lengua las oraciones personales de siempre.

El diablo no se entera de lo que se dice, aunque Dios si, (Romanos 8:27), y uno ora por cosas que le convienen que la persona misma no sabe que le conviene; por ejemplo: alguien que no se da cuenta de algún defecto que tiene, al orar en lenguas está pidiendo que Dios le cambie ese defecto sin que el mismo lo sepa.

Otro Ejemplo: en algún lugar, que uno no sabe, a algún hermano o persona le pasa algo y uno ora en lenguas y está intercediendo por ese problema sin saberlo.

Las lenguas y también su interpretación animan a los hermanos al escuchar, algo sobrenatural y la presencia del Espíritu Santo se hace más real.

¿Debo orar siempre en lenguas y nunca con el entendimiento o viceversa?

No, debo orar (o cantar) a veces en lenguas y a veces con el entendimiento, es decir en el idioma propio que uno entiende.

¿San Pablo hablaba en lenguas?

Sí, (1 Corintios 14:18), y mucho, en sus largos períodos de oración e intercesión por todas las Iglesias y hermanos (1 Corintios 14:1b). (Hablo en lenguas más que todos vosotros) Pablo sabía lo que explicaba por experiencia pues él hablaba en lenguas.

No decía lo que leyó en algún libro o lo que le contaron de las lenguas, él las hablaba.

También San Pedro, todos los apóstoles, la Virgen María; todos hablaban en lenguas (ver Hechos 1:14 y 2:4).

¿Donde se debe Hablar en Lenguas?

Generalmente en privado. En la Iglesia solo a veces y en orden y sin gritar.

En situaciones que marque el Espíritu Santo y en estas se debe actuar con sabiduría para que las personas nuevas en la fe no se asusten, lo mismo que los no creyentes presentes. Es preferible en reuniones públicas orar en su propio idioma y no en lenguas, salvo que el Espíritu Santo haga sentir (en una situación particular) lo contrario. El hablar en lenguas no es la meta final, o alcanzar la cumbre de la montaña, sino es el comienzo de una vida en el espíritu. Es uno de los dones espirituales solamente.

A veces son para señal de los incrédulos. Uno puede controlar con su voluntad el hablar o no, y debe hacerlo con sabiduría sabiendo cuando es conveniente o no (aún cuando haya unción) (1 Corintios 14:32-33), los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas. Todo lo que se haga debe edificar a la Iglesia: (1 Corintios 14:26b).

Reglas para hablar en lenguas:

Son como las leyes de tránsito para los vehículos, si no estuvieran sería un desorden. Deben hablar en lenguas (si es un mensaje en voz alta) principalmente en reuniones de oración y con hermanos mas crecidos en la fe. Deben hacerlo de a uno y por turno (y no muchos), y otros, o el mismo puede interpretar. Si no hay interpretación generalmente se debe callar o pedir que Dios dé la interpretación. También si no habla nunca porque no hay intérprete Dios no puede dar nunca la interpretación por medio de un hermano.

En todo esto se debe pedir a Dios sabiduría. En reuniones pueden hablar todos pero en forma de murmullo intercediendo como Iglesia en lenguas. Al hablar en privado en lenguas habla para si mismo y para Dios (1 Corintios 14:28b). Dios es un Dios de paz y no de confusión (1 Corintios 14:33). No debemos dejar, tampoco que malos testimonios o experiencias negativas en este asunto que se puedan haber tenido con hermanos que como los Corintios que no sabían muy bien como manejarse en estas cuestiones, nos priven de las bendiciones de Dios, como por ejemplo, el hablar en lenguas correctamente según las reglas bíblicas(no en confusión sino en paz).

No hablen “a los gritos en lenguas” pero si hablen en lenguas.

Resumen final (1 Corintios 14:39-40). No impidan el hablar en lenguas; hablen en ellas, pero hágase todo decentemente y con orden.

El hablar en lenguas es un don sobrenatural y maravilloso del Espíritu Santo para cada cristiano verdadero, nacido de nuevo (salvo) y bautizado en el Espíritu Santo.

EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO, COMO RECIBIRLO

Recibámoslo ahora:

Después de haber estudiado que el bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia distinta de la conversión, que es una bendición que el creyente debe anhelar profundamente y que está a nuestra disposición en la actualidad, estamos preparados para hacer la pregunta: ¿Cómo podemos recibir el bautismo en el Espíritu Santo? Asentir con el intelecto en lo que respecta a una conclusión y aceptar y considerar una doctrina como teológicamente correcta es bueno en sí, pero será de escaso valor para nosotros personalmente, a menos que nos aferremos a las promesas de Dios y penetremos experimentalmente en ese plano de bendición con respecto al cual hemos creído. Para aquellos que están preparados para entrar en el glorioso plano del Bautismo en el Espíritu Santo, decimos esto:

Debemos ser salvos primero:

El primer asunto que el hombre debe de dejar establecido al aproximarse a Dios pidiendo el Bautismo en el Espíritu Santo, es: sí está o no justificado ante Dios.

El pecador jamás podrá recibir el Bautismo en el Espíritu Santo. “Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: al Espíritu de verdad, al cual el mundo (el que no es de Dios) no puede recibir. (Juan 14:16, 17).

El mundo no puede recibirle (los que no son Cristianas de verdad, es decir convertidos y que aceptaron a Jesucristo como el Señor de su vida). Se trata de una imposibilidad. Dios no puede negarse a sí mismo, o contradecirse, El no puede bendecir el mal.

No puede penetrar en un vaso impuro, en un vaso que no se ha rendido a él.

Debe existir un renacimiento definido como preparación esencial para recibir el bautismo en el Espíritu Santo.

Debemos saber a ciencia cierta que somos salvos, debemos arribar a ese lugar donde el Espíritu Santo testifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16).

Debemos obedecer:

“Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.” (Hechos 5:32). Surge aquí la posibilidad de que existan diferencias entre el creyente y su Dios. Si existe rebelión contra el Señor, por pequeña que parezca, el creyente debe de arreglar la cuestión pendiente, rindiéndose sin reservas a la voluntad soberana de Dios.

Los que lo rechazan no son obedientes.

A esta altura de nuestro estudio, podemos formularnos la siguiente pregunta: ¿Cómo pueden sus hijos caminar en la luz y ser obedientes, si no han dejado que el Espíritu Santo les llene?. El Señor Jesús les dijo a sus discípulos que fueran y hicieran discípulos, y que les enseñaran que guardaran todas las cosas que él les había mandado. (Lucas 28:20). Les había ordenado que no se vayan de Jerusalén hasta que no fueran investidos de poder desde lo alto (Lucas 24:49). Este mandamiento debía ser transmitido a los que se convirtieran en virtud del ministerio de los discípulos, es decir, debía ser transmitido a los nuevos discípulos. En virtud de ello, el mandamiento es aplicable a nosotros también. Se expresa en (Efesios 5:18) que dice: “Sed llenos del Espíritu”. ¿Podemos ser hijos obedientes y desobedecer el mandamiento? Si los quinientos hermanos por quienes fue visto después de su resurrección (1 Corintios 15:6) oyeron el mandamiento del Señor de esperar en la ciudad de Jerusalén y solamente ciento veinte obedecieron y recibieron el Espíritu Santo, luego se desprende de ello que trescientos ochenta no obedecieron, y al no obedecer, no recibieron. No esperaron tal como habían sido instruidos. Por lo tanto, no reunieron las condiciones necesarias para recibir el Bautismo en el Espíritu Santo. No nos debe sorprender entonces el hecho de que miles no reciban el Bautismo en el Espíritu Santo.

Pedir, Creer y recibir:

Debemos Pedir:

Lucas 11:13 dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? Tenemos aquí reflejada la bondad, la generosidad, la buena voluntad y la imparcialidad de nuestro maravilloso Padre Celestial. Puede dar el Bautismo en el Espíritu Santo a todos los que se lo piden. EL está mas deseoso de darnos el Bautismo en el Espíritu Santo que nosotros, padres terrenos, estamos de dar a nuestros hijos lo que nos piden.

La única limitación existente es aquella que pueda imponer nuestra falta de deseo.

Dios da el Bautismo en el Espíritu Santo a los que se lo piden.

Jesús dijo:”Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él”. (San Juan 7:37-39).

No tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” (Santiago 4:2). Se trata del examen eliminatorio de Dios, destinado a determinar quien es considerado digno de recibir este don de valor inapreciable. Este don es completamente gratis, pero solo lo recibirán los que lo anhelan y lo piden. “Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia.” (Hebreos 4:16).

Debemos pedir con Insistencia

¿Pediremos una vez y pensaremos que ya es suficiente? ¿Consideraremos que nos dio el Bautismo en el Espíritu Santo cuando se lo pedimos una vez, aunque no existan evidencias posteriores de que el Espíritu Santo descendió en nuestra vida? o nos encogeremos de hombros y exclamaremos: “No es culpa mía. Pedí, y nada pasó. ¿Qué voy a hacer?

No, esa no debe ser nuestra actitud. Más bien leamos lo siguiente: “Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Mateo 7:7). Debemos pedir hasta recibir. Jesús nos prometió que eso sucedería, (Lucas 11:9-13)”Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado le dará una serpiente? O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?. Este pasaje termina con la promesa de dar el Espíritu Santo a los que se lo piden. Versículo 13. Esto constituye la instrucción de Cristo de continuar pidiendo hasta que recibamos el llenamiento del Espíritu Santo.

Debemos Creer.

“Para que la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles a fin de que

por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” (Gálatas 3:14).

Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él.”(Juan 7:39).

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios, crea que le hay, y que es galardonador de lo que le buscan” (Hebreos 11:6).

Los que piden, los que buscan y los que llaman en procura del bautismo en el Espíritu santo debieran recordar que este acontecimiento experimental se denomina asimismo “el don del Espíritu Santo”. Un don no se adquiere por medio del trabajo, o se gana como premio o como retribución al mérito. Un don no se puede imponer tampoco sobre una persona. No son los gritos ni las repeticiones de frases y alabanzas lo que hace descender el Espíritu Santo, aunque las exclamaciones en voz alta y la mucha alabanza son bíblicas, y por lo tanto no está mal, si nos sentimos inclinados a pronunciarlas en el momento adecuado. Salmo 98:4; Salmo 150; Salmo 67:3, 5; Lucas 19:37-40. Pero no podemos “pagar” por el don, ni aun de esta manera. El llenamiento con el Espíritu Santo es un don, glorioso, enviado de Dios, y lo recibimos por la fe y por fe solamente.

Elementos de la Fe

La fe en Dios consiste de no depender en ningún momento de nosotros mismos o de los demás, y de la convicción de que solamente Dios tiene lo que nosotros necesitamos y queremos. Debemos creer en forma implícita que el Padre Celestial nos llenará con el Espíritu Santo sólo en calidad de don (regalo), pero al mismo tiempo debemos tener la firme convicción de que nos dará en abundancia, si cumplimos las condiciones y le pedimos sus dones. Fijémonos, entonces, en primer lugar, que nuestras cuentas con Dios estén canceladas. Luego nos abstenemos de esforzarnos, y acudimos al Padre solicitándole el don que buscamos.

La fe recibe:

En este estado de expectativa extendemos nuestras manos, por decirlo así, para recibir lo que Dios nos ha prometido. Le fe es simbólicamente la mano que se extiende y recibe el don del Espíritu Santo. Jesús dijo: “Al que a mí viene, no le echo fuera”(Juan 6:37)

Nunca alguien que fue al Señor de esta manera ha quedado desilusionado.

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