El Reino de Dios. La venida del Reino de Dios.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Daniel 7:13) Ya en el Antiguo Testamento se hablaba de la venida del Reino eterno de Jesús.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, (Jesús) que vino hasta el Anciano de días, (Dios Padre) y le hicieron acercarse delante de él.
(Daniel 7:14)
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su Reino uno que no será destruido.
(Daniel 2:44)
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un Reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.
(Mateo 24:29)
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
(Mateo 24:30) Se refiere a la segunda venida de Jesucristo a Reinar en la tierra.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
El nos invita a que entremos en su Reino y vivamos bajo su gobierno, leyes y beneficios. Cada persona decide si quiere entrar o no.
(Mateo 3:1) Juan Bautista y Jesús anunciaban la llegada del Reino de Dios a la tierra.
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
(Mateo 3:2)
y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
(Marcos 1:14)
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Marcos 1:17)
Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
(Lucas 16:16)
La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
(Apocalipsis 15:3)
Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
(Apocalipsis 15:4) Será el Rey de todas las naciones.
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
(Colosenses 1:15)
El es la imagen del Dios invisible.
(Colosenses 1:19)
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
(Colosenses 1:20) Jesús murió para reconciliar con Dios TODAS las cosas (pueden ser personas de otros planetas). Vino para TODOS. ¿Cuáles son las cosas que están en los cielos? Si están en el cielo con Dios no necesitan ser reconciliados.
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
(Colosenses 1:21)
Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
(Colosenses 1:22)
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, (de Jesús en lugar nuestro llevando nuestra culpa y castigo) para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
(Colosenses 2:9)
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (De Dios)
(Mateo 13:31) El crecimiento del Reino comenzó de a poco y será muy grande y cobijará a muchas personas de todas las naciones.
Otra parábola les refirió, diciendo: El Reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
(Mateo 13:32)
el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
(Mateo 8:11) Es para personas de todas las naciones.
Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
(Hebreos 1:1) Jesús es Dios y efectuó la purificación de nuestros pecados al morir por nosotros como sacrificio vicario en la cruz.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
(Hebreos 1:2)
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
(Hebreos 1:3)
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
(Hebreos 2:17) Era verdadero hombre y verdadero Dios.
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
(Filipenses 3:20) Los cristianos ya somos ciudadanos del Reino eterno.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
(Filipenses 3:21)
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
(Colosenses 1:13)
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.
(Mateo 12:22) Se empezaron a echar a los demonios.
Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
(Mateo 12:23) Ellos esperaban el Rey descendiente de David que nacería en la ciudad de David (Belén), Reinaría sobre ellos para siempre
Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?
(Mateo 12:24)
Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
(Mateo 12:25)
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
(Mateo 12:26)
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? (se refiere al reino de las tinieblas).
(Mateo 12:28)
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.
(Mateo 12:29) Vino uno más fuerte: Jesús.
Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.
(Lucas 11:20)
Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
(Lucas 11:21)
Cuando el hombre fuerte armado (el diablo) guarda su palacio, en paz está lo que posee.
(Lucas 11:22)
Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, (Jesús) le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín.
(Daniel 4:1)
Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.
(Daniel 4:2)
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
(Daniel 4:3)
¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.
(Daniel 6:26)
De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin.
(Zacarías 9:9) Se refiere a la primera venida de Jesús.
Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu Rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
(Mateo 3:1) Juan Bautista y Jesús predicaban sobre el Reino de Dios y Jesús nos mandó a hacer lo mismo a nosotros los cristianos.
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
(Mateo 3:2)
y diciendo: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 4:17)
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 10:7) Nos ordenó Jesús a nosotros.
Y yendo, predicad, diciendo: El Reino de los cielos se ha acercado.
(Mateo 10:8) Señales del Reino de Dios invadiendo el reino de las tinieblas. Entra “La atmósfera” del Reino de los cielos o del cielo. En el cielo no hay enfermos ni demonios.
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Comienzan a manifestarse los poderes del siglo venidero. Hebreos 6:5. (Se refiere al tiempo en que Jesús Reine en la tierra y en el cielo y a los poderes del cielo).
(Mateo 11:2)
Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos,
(Mateo 11:3)
para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?
(Mateo 11:4)
Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis.
(Mateo 11:5) Le dice que se dé cuenta que están sucediendo las señales de la venida del Reino de Dios y que El (Jesús) es el Mesías y el Rey esperado.
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
(Mateo 11:11)
De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
(Lucas 10:17) a todos sus discípulos les seguían las señales de la venida del Reino de Dios.
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
(Lucas 17:20)
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,
(Lucas 17:21)
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
(Marcos 1:32)
Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;
(Marcos 1:33)
y toda la ciudad se agolpó a la puerta.
(Marcos 1:34)
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
(Marcos 1:14) Ese era el mensaje de Jesús.
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(Marcos 1:15)
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
(Colosenses 2:15) Jesucristo ya derrotó y despojó a TODAS los demonios (de diferentes clases) del diablo y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
(1 Juan 3:8)
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
(Mateo 6:10)
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 25:34)
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
(Lucas 22:29)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
(Lucas 22:30)
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
(Juan 18:36)
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
(Hechos 1:3) Hechos de los apóstoles comienza y termina hablándoles del Reino de Dios.
a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo (Jesús) con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
(Hechos 28:30)
Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,
(Hechos 28:31)
predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
(Hechos 6:8) Se manifiestan con todos los cristianos las señales del Reino en todas partes.
Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
(Lucas 9:62)
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
(Juan 1:12)
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
(1 Corintios 4:20)
Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
(Romanos 14:17)
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
(Gálatas 5:19)
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
(Gálatas 5:20)
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
(Gálatas 5:21)
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
(Juan 3:3)
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
(Juan 3:4)
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
(Juan 3:5)
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
(1 Corintios 15:25)
Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
(1 Corintios 15:26)
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
(1 Corintios 15:27)
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. (Dios Padre)
(1 Corintios 15:28)
Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
(Apocalipsis 12:10)
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el Reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo.
(Mateo 13:11)
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
(Lucas 1:31)
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
(Lucas 1:32)
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
(Lucas 1:33)
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
(Hechos 14:22)
confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
(Hebreos 12:28)
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
(Mateo 18:1)
En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
(Mateo 18:2)
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
(Mateo 18:3)
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
(Mateo 18:4)
Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
(Marcos 12:34) Jesús le dijo a un hombre religioso:
Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. (pero no estaba adentro)
(Lucas 14:23) Debemos hacer todo lo posible para que las personas entren en el Reino de los Cielos.
Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
(Lucas 12:32)
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
(Hechos 11:26) Hay un solo nombre para los seguidores de Cristo: CRISTIANOS.
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
(Mateo 16:18) Jesús edificó una sola Iglesia y las puertas del infierno no podrían detener el la conquista de su territorio (o fortaleza) por el Reino de los cielos.
Y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella.
(Juan 17:21) Todos los verdaderos cristianos debemos ser como uno solo. Desalentamos a fundar nuevas religiones cristianas con un líder a la cabeza (o varios) por más razones que tengan. Jesús dijo:
para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
(Juan 17:22)
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
(Lucas 17:21) Es un Reino invisible que avanza y conquista los corazones de los hombres.
Y el mismo Rey y su Espíritu (El Espíritu Santo) vive en ellos.
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 13:23)
Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
(Lucas 13:24)
Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
(Lucas 13:25)
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
(Lucas 13:26)
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
(Lucas 13:27)
Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.
(Lucas 13:28) EL REINO DE DIOS YA ESTABA EN EL PASADO.
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
(Lucas 13:29)
Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
(Lucas 7:20) ESTABA EN EL PRESENTE.
Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
(Lucas 7:21)
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
(Lucas 17:21) ESTÁ EN EL PRESENTE
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
(Lucas 11:20)
Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
(Lucas 22:28) EL REINO DE DIOS ESTARÁ EN EL FUTURO.
Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
(Lucas 22:29)
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
(Lucas 22:30)
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
(Lucas 22:18)
porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
(Mateo 26:29)
Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
(Mateo 24:14) Estamos en este tiempo:
Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
(Apocalipsis 11:15) Esto es lo que perdurará para siempre, eternamente.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor (Dios Padre) y de su Cristo; (Jesús) y El reinará por los siglos de los siglos.
Jesús llama a todos a entrar en su reino y a que trabajemos con el y para el, para salvar a todos en todo el mundo, sin distinción de razas o creencias, siendo sus discípulos y actuando bajo su guía. Gálatas 3:26-28.
¿Como podemos entrar al Reino de Dios?
1. Teniendo un arrepentimiento total y un cambio de actitud hacia el pecado. Hechos 3:19.
2. Saber lo que Cristo hizo a favor de nosotros y tener fe en eso. 1 Pedro 2:24; 3:18; 1 Corintios 15:3.
3. Aceptar la invitación de entrar en el Reino estando dispuesto a obedecer al Rey Jesús y sus leyes. Mateo 22:4; Lucas 14:17; Apocalipsis 5:10.
4. Recibir al Rey Jesús en su interior por medio de una sencilla oración a El con sus propias palabras. Juan 1:12; Apocalipsis 5:10.
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