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Profecía que me dio el Señor Jesús:


Profecía que me dio el Señor Jesús, basada en el libro de Isaías y confirmada por otro profeta y por el Espíritu Santo. (Tal vez sea también para ti).
(Isaías 61:1) Yo te ungí para eso: Ya estás ungido para eso.
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
(Isaías 61:2)
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro;(yo voy a hacerte justicia con todos los que se oponen a mi obra) a consolar a todos los enlutados;
(Isaías 61:3)
a ordenar que a los afligidos de mi pueblo se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
(Isaías 61:4) Tu y los que están y pondré contigo…
Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. (Espiritualmente hablando)
(Isaías 61:6)
Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados;
(Isaías 49:8)
Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades, (espirituales).
(Isaías 49:9)
para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.
(Isaías 49:10)
No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.
(Isaías 49:11)
Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.
(Isaías 49:12)
He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y de otras tierras.
(Isaías 49:13)
Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
(Isaías 49:14)
Pero… a veces pensaste: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
(Isaías 49:15)
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
(Isaías 49:16)
He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
(Isaías 49:17)
Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.
(Isaías 49:18)
Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.
(Isaías 49:19)
Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos.
(Isaías 49:20)
Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar ¡ENSANCHALO! para que yo también more allí.
(Isaías 49:21)
Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?
(Isaías 49:22)
Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros,
(Isaías 49:23)
y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.
(Isaías 45:1)
Así dice Jehová a su ungido, a ti mi siervo, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:
(Isaías 45:2)
Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
(Isaías 45:3)
y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te llamé por tu nombre.
(Isaías 45:5)
Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí.
(Isaías 45:6)
para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
(Isaías 45:7)
que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
(Isaías 45:8)
Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
(Isaías 45:11)
Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.
(Isaías 45:12)
Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.
(Isaías 45:13)
Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos.
(Isaías 45:14)
Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti y te dirán: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.
(Isaías 45:18)
Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano… Yo soy Jehová, y no hay otro.
(Isaías 44:8)
No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.
(Isaías 42:1)
He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
(Isaías 42:2)
No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles.
(Isaías 42:3)
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
(Isaías 42:4)
No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán sus enseñanzas.
(Isaías 42:5)
Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:
(Isaías 42:6)
Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,
(Isaías 42:7)
para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
(Isaías 42:9)
He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.
(Isaías 40:9)
Súbete sobre un monte alto, anunciador de mi palabra; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de mi pueblo; levántala, no temas; dí a las ciudades: ¡Ved aquí al Dios vuestro!
(Isaías 40:10)
He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.
(Isaías 33:6)
Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.
(Isaías 26:9) Di esto:
Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. (mis juicios vienen sobre la tierra, para mis hijos serán para pulirlos y santificarlos para os otros serán oportunidades para que se vuelvan a mí)
(Isaías 26:2)
Abrid las puertas, (de mi templo, de mi Reino), ya les dí las llaves, entonces ¡ACTUEN! y entrará la gente justa, guardadora de verdades.
(Isaías 26:3)
Yo guardaré en completa paz a aquel cuyo pensamiento en mi persevera; porque en mi ha confiado.
(Isaías 3:10)
Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos.
(Isaías 44:21)
Acuérdate de estas cosas, embajador mío, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; No las olvides.

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