¡TU TAMBIÉN DEBES SABER ESTAS COSAS!:
Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. (Efesios 6:12)
¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5:8)
¡Jesús dijo a sus seguidores: en mi nombre echarán fuera demonios!
Cuando el hombre fuerte armado (el diablo) guarda su palacio, en paz está lo que posee. (Lucas 11:21)
Pero cuando viene otro más fuerte (Jesús) que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. (Lucas 11:22)
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. (1 Juan 3:8)
Pablo era un “cristiano normal”:
Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu (un demonio) de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.
Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu (al demonio): Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y SALIÓ (el demonio) en aquella misma hora.
(Hechos 16:16, 18)
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; (Marcos 16:17)
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque MAYOR es el que está en vosotros (Jesús), que el que está en el mundo (el diablo). (1 Juan 4:4)
Pero tenemos este tesoro (Jesús) en vasos de barro (nuestros cuerpos), para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.(2 Corintios 4:7)
Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios. (Mateo 12:28)
Los seguidores de Jesús....echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban. (Marcos 6:13)
Jesús reunió a sus discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias.
(Mateo 10:1)
Vayan y anúncienles que el Reino del cielo está cerca.
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, curen a los leprosos y expulsen a los demonios. ¡Den tan gratuitamente como han recibido este poder!
(Mateo 10:7-8)
Jesús nos dio esta autoridad a todos los cristianos:
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, (demonios) y sobre TODA fuerza del enemigo, (el diablo) y NADA os dañará. (Lucas 10:19)
Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, (con un demonio) que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿Que tienes con nosotros, Jesús Nazareno?
¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. (Marcos 1:23-24)
El Santo de Dios es Jesús que habita en nosotros los cristianos.
EL DIABLO MISMO HUYE DE LOS VERDADEROS CRISTIANOS QUE ESTÁN SOMETIDOS A LA VOLUNTAD DE DIOS Y ACTÚN EN EL NOMBRE DE JESÚS.
Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.
(Santiago 4:7)
Si usted es cristiano:
¡Eche fuera demonios en el nombre de Jesús!
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